Max Scheler (1874-1928), oriundo de Munich, cursó sus estudios universitarios en Berlin y Jena. Recibió en esta última Universidad la influencia del neokantiano R. Eucken, bajo cuya dirección defendió su Disertación de Doctorado sobre Las relaciones entre los principios lógicos y éticos (1899). Sin embargo, ya en 1901 mostró su cercaní­a al método fenomenológico de Husserl y en 1907 se trasladó como Asistente de Lipps a Munich y luego ejerció como escritor privado, manteniendo contactos con la Sociedad fenomenológica.

Fue la etapa católica, de la que proceden entre otras obras Amor y conocimiento (1915), El derrumbamiento de los valores (1917), Lo eterno en el hombre (1921), Esencia y formas de la simpatí­a (1922-23) y sobre todo su tratado fundamental El formalismo en la ética y la ética material de los valores (1913-16). En 1919 obtuvo una cátedra de Filosofí­a y Sociologí­a en la Universidad de Colonia, desempeñada hasta poco antes de su muerte, en que se trasladó a Francfort.

El tema de la persona está presente en todas ellas, sobre todo en las dos útimas, ya que en la persona entendida como valor de valores se fundan los distintos dominios de valores y el alcance ético de los fenómenos afectivos, como el amor y la simpatí­a. Desde 1922 su pensamiento fue evolucionando en el sentido de un dualismo antropológico entre espí­ritu e impulsos vitales, que desembocarí­a en el panenteí­smo de su última época, representada por El puesto del hombre en el cosmos (1928).