el-giro-personalista-del-que-al-quien-9788496611740Aparecen en la Colección Persona las Actas del congreso que la AEP dedicó a reflexionar sobre el giro personalista, es decir, la atención filosófica hacia la persona, un quién y no un qué.

El esfuerzo intelectual de estas jornadas, y en consecuencia, de las actas, está orientado a considerar en qué medida una filosofí­a centrada en la persona puede superar las posiciones de algunos pensadores modernos (Descartes, Husserl, Nietzsche), quienes no llegaron a comprender el ser peculiar de la misma y su doble faceta: unicidad y universalidad.

Más aún, estos pensadores no tuvieron en cuenta el aspecto decisivo que sólo se descubre cuando se valora individualmente a cada mujer y a cada hombre: la presencia de una dimensión última, irreductible, irrepetible, que convierte a cada sujeto de la especie humana en un quién único, es decir, en sentido pleno, lo que significa ser persona.

El camino para llegar a comprender la realidad única que es la persona ha sido largo y complejo; de hecho, sólo en el siglo XX se llegó a tomar plena conciencia filosófica de esta singularidad y se realizó el esfuerzo por hallar términos que expresasen este hecho. En este camino intelectual, se pueden encontrar importantes hitos, como Kierkegaard, los fenomenólogos realistas y algunos existencialistas; en este sentido, la filosofí­a personalista es especialmente valiosa porque ha recogido todos los esfuerzos orientados en esta dirección. De esta manera, el individuo anónimo de la Ilustración acabó transformado en un yo personal que consigue integrar en su estructura una esencial comunidad de naturaleza con los demás hombres y una diferencia tan profunda que permite afirmar, con Pareyson, que “en el hombre, todo individuo es, por decirlo de algún modo, único en su especie”.

Por ello podemos hablar de un giro personalista de la filosofí­a contemporánea, y a este tema se han dedicado las V Jornadas de la AEP, realizadas el 13 y 14 de febrero de 2009  en la Universidad San Pablo-CEU. El presente libro recoge una selección de las ponencias y comunicaciones, dividida en dos partes.

En la primera, titulada Los autores del giro, se profundiza en la posición de algunos de los principales filósofos que contribuyeron a ese cambio. Comienza aquella comparando las tesis del giro personalista con las de los humanistas del renacimiento (J. M. Mora); nos detendremos después en la categorí­a de singularidad en Kierkegaard (J. G. Martí­n); se presenta a Guardini y su caracterí­stica visión de la modernidad (R. Fayos); se describe la categorí­a de lo irreductible en el hombre en la interpretación de Karol Wojtyla (J. M. Burgos); se muestra la novedad del carácter personal del ser frente al ser objetual en la filosofí­a de Marcel (J. L. Cañas) y, por último, se expone la visión de Marí­as, para quien la persona se puede definir como “alguien corporal” (P. Chumillas). El resultado sorprende por su riqueza conceptual que subraya la potencia de la propuesta filosófica í­nsita en el giro personalista.

La segunda parte atiende a las múltiples consecuencias antropológicas y sociales que se derivan de la visión del hombre como persona. En un interesante y equilibrado artí­culo, G. Paola di Nicola (Italia) muestra tanto la aparición del yo sexuado, ignorado por el racionalismo, como las caracterí­sticas que lo igualan y distinguen conformando la maravillosa dualidad hombre-mujer. Urbano Ferrer explora la potencialidad del giro personalista en la transformación de nuestra concepción del tiempo y Karla Mollinedo (Guatemala) presenta la antropologí­a de J. M. Burgos construida ya desde el interior de las premisas del giro. J. E. Parra, de la Providence University de Taiwán, sugiere que el giro está aún por realizarse en el mundo oriental, y en China en particular, mientras que J. Barraca profundiza en el carácter irrepetible del hombre desde un punto de vista antropológico. M. Nieves Gómez muestra como una aplicación coherente del giro personalista en el mundo de los viajes puede transformar al transeúnte anónimo en un pasajero-persona, Carabante propone una interesante confrontación entre personalismo y comunitarismo mostrando similitudes y divergencias y, por último, F. M. Villalba, analiza el decisivo terreno de la cultura.

El conjunto de estos escritos constituye una reflexión original, novedosa y estimulante que merece ser conocida y valorada. De ahí­, el esfuerzo que la Asociación Española de Personalismo ha dedicado a su publicación. Sin duda, el tema requerirá nuevos estudios y profundizaciones. Pero, pensamos que estas páginas  aportan ideas y reflexiones suficientes para justificar teoréticamente tanto la existencia del giro personalista como la potencia y riqueza de sus implicaciones.

Por Nieves Gómez.