¿Quién es Dios? La percepción contemporánea de la religión

Congreso Internacional

VI Jornadas de la Asociación Española de Personalismo

Universidad CEU-San Pablo

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Recientemente, el 12 y 13 de marzo,  han tenido lugar en la Universidad CEU-San Pablo de Madrid las VI Jornadas de la Asociación Española de Personalismo, en las que una veintena de profesores e investigadores de España, Polonia, Chile, Guatemala, Cuba, Argentina, Japón, Marruecos, han reflexionado sobre el quién de Dios y su presencia en la cultura contemporánea.

Juan Manuel Burgos, presidente de la Asociación Española de Personalismo, abrí­a el congreso con un análisis de la vivencia de la religión en la España contemporánea, haciendo ver las consecuencias, sobre todo para los intelectuales, de la falta de una cultura católica moderna durante la postguerra, siendo esta situación una incógnita, dado el nivel cultural admirable que habí­a alcanzado la universidad madrileña durante los años previos a la Guerra Civil. Los casos de Jacques Maritain y Julián Marí­as, apuntaba el Prof. Burgos, han sido significativos como ejemplos de intelectuales católicos que han sido escasamente comprendidos por su empeño en mantener las dos dimensiones, tanto la de intelectuales como la de católicos. Y precisamente este empeño y la apertura de sus filosofí­as hacia el pensamiento contemporáneo, les ha hecho estar a la altura de los requerimientos del Concilio Vaticano II.

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Han sido igualmente reveladoras las diversas mesas redondas de este congreso internacional, en las que se ha puesto de manifiesto cómo para analizar la importancia del hecho religioso y su percepción contemporánea, es necesario hacerse una pregunta básica: ¿Por que la religión?, y, a su vez, analizarla en relación con diversos factores: religión y espacio cultural, religión y ámbito cultural, vivencia religiosa y psicoterapia, mente y religión.

A la primera cuestión respondí­a Juan Fernando Sellés cómo a la religión se llega como una cuestión de la persona, es decir, como la búsqueda de esta religación única que cada alguien tiene con Dios. En este sentido, la religión es imprescindible porque resultarí­a ser la razón de la autenticidad personal.

 La segunda mesa redonda de la mañana del viernes reunió las ponencias bajo el tí­tulo “La religión en el espacio público: el debate contemporáneo”. Dalmacio Negro defendí­a la realidad del hecho religioso como un elemento del ethos público, mientras que Agustí­n Domingo Moratalla, de la Univ. Valencia, exponí­a las propuestas de Habermas, Taylor y Paul Ricoeur como actitudes filosóficas que contemplan con una mirada respetuosa y valorativa la existencia social del hecho religioso en la democracia.

Por su parte, Sergio Fernández Aguayo, el Presidente del Instituto Jacques Maritain de Chile y Ex -embajador de este mismo paí­s, apoyándose en las posiciones del filósofo canadiense Charles Taylor y del pensador francés Jacques Maritain, proponí­a una consideración positiva de la Modernidad, en el sentido de haber hecho posible una creencia en primera persona, por propia adhesión, y no tanto por vigencia social o cultural; la Modernidad aparecerí­a así­ como la exigencia social que mejor responderí­a la las palabras de Jesús: “Dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”.

En este contexto, la diversidad cultural de la época moderna aparece no como algo peligroso o negativo, sino como una valoración de lo distinto. Y esta diversidad es respetable, incluso manteniendo el carácter de cohesión que toda auténtica religión quiere tener.

Una visión del público

En palabras del Sr. Sergio Fernández Aguayo, “religión debe ser siempre escucha, con cohesión y separación. La religión debiera entenderse a sí­ misma inmersa en la cultura de la diferencia, valorándola positivamente, porque en la diversidad, donde se encuentran naturalmente aspectos negativos, hay también una sobreaundancia de sentido, de creatividad, de horizontes siempre nuevos y no explorados. Hay en la diversidad una constante dinámica de hacer y rehacer la cultura”.

El Cristianismo contemporáneo, pues, está llamado a “interactuar con lo diverso, para que no se transforme en adverso”. Y en este contexto, los laicos que actúan en la vida pública tienen mucho que decir (y que hacer). También los que trabajan directamente en el hacer polí­tico y a los que Maritain recordaba su -sin duda difí­cil- vocación a la santidad.

La tarde del viernes se abrí­a con la Asamblea de socios de la AEP, haciendo balance del año 2009 (nueva sede, nueva, web, nuevos miembros) y lanzando la Asociación a la presencia en América.

La tercera mesa redonda trató sobre la interesante relación entre la vivencia del hecho religioso y el medio cultural concreto, acerca de lo cual la Prof. Karla Mollinedo apuntaba que la religiosidad en Hispanoamérica es extensa (en el sentido de que afecta a las grandes mayorí­as), pero necesita ser asimilada en profundidad y traducida en la vida y en la ética social.

Por su parte, el Prof. José Ernesto Parra, de Providence University, Taiwán, apuntaba con su ponencia “la irreligiosidad en Oriente” que la cultura china cuenta con pros y contras. Entre los primeros se cuentan la fuerte vivencia de la familia y de la colectivad, “pequeño yo” y “gran yo”, entre los segundos la inexistencia del concepto de persona y su consiguiente dignidad. En este sentido, el mensaje del Cristianismo sigue sonando profundamente revolucionario en la milenaria mentalidad china. Cerraba el intenso primer dí­a la sesión de comunicaciones, reagrupadas en cinco grupos: “El tema de Dios en el pensamiento español”, analizando las obras de Zubiri, Ortega, Ismael Quiles y Unamuno; “Dios en el arte y la literatura”, “Dios y sus huellas en la cultura actual”, “El proceso de secularización” y “Dios, vocación y religión”. Interesante es el hecho, como se mostró en una de las comunicaciones, de que existe en el pensamiento musulmán al menos un autor personalista, el escritor marroquí­ Mohamed Aziz Lahbabi, cercano en sus años de estudiante al cí­rculo parisino de Mounier.

La mañana del sábado 13 estuvo dedicada inicialmente al tema “Psicologí­a y religión”. Mientras Aquilino Polaino (Universidad San Pablo-CEU) señalaba que, tristemente, hoy la psicoterapia olvida la centralidad de la persona, pero éste es el nexo de unión entre la disciplina citada y la religión , Maribel Rodrí­guez puso de manifiesto cómo salud psí­quica y religiosidad no tienen por qué estar en conflicto; es decir, que los pacientes con diversas dolencias en este sentido experimentan avances significativos por sus creencias (por ejemplo, paz interior, recuperación de responsabilidades, fortaleza, consciencia del valor de la vida). Por su parte, Oscar Ricardo Oro, de la Univ. Flores (Buenos Aires) expuso las positivas aportaciones de Jaspers y Frankl.

Una segunda mesa redonda, “Perspectivas personalistas sobre la religión”, afrontó tres puntos de vista valiosos a la cuestión sobre Dios: la del filósofo alemán Robert Spaemann, por Jaroslaw Merecki (Istituto Giovanni Paolo II, Roma), la del pensador, dramaturgo y músico Gabriel Marcel, por José Luis Cañas (Universidad Complutense de Madrid) y la de la filósofa Marí­a Zambrano, por Juana Sánchez Gey (Universidad Autónoma de Madrid).

Cada uno, con su circunstancia histórica concreta en la Europa del s. XX, significa una respuesta contemporánea a la búsqueda actual de Dios: Gabriel Marcel, con su experiencia en la Cruz Roja durante la Segunda Guerra Mundial, situación en la que se dio cuenta cómo la filosofí­a que él habí­a estudiado no le serví­a para afrontar las duras situaciones vitales provocadas por el enfrentamiento bélico y le impulsaron a desarrollar un tipo de pensamiento centrado en la persona; en el caso de Marí­a Zambrano, se puede señalar su profunda convicción católica y a la vez su confianza en los ideales culturales de la República, y en la potencia intelectual que fue posible durante los años previos a la Guerra Civil en la universidad madrileña, con la figura de Ortega y Gasset, su propio maestro a la cabeza. Su propio pensamiento derivó hacia la “razón poética”.

La tarde del sábado trajo una segunda sesión de comunicaciones con las mesas “Ciencia y transcendencia”, “Dios como personalizador” (en la que se analizaron las figuras de Charles Péguy y Laí­n Entralgo) y “Afirmación de Dios y humanización de la vida” (la vivencia del hecho religioso en un espacio multicultural y contemporáneo como es un aeropuerto, el hecho humano del perdón y la persona como fundamento pre-polí­tico de las instituciones).

La última, interesantí­sima mesa redonda del congreso, titulada “Representar la trascendencia”, mostró cómo un Dios-Persona está presente, sigue estando presente en la arquitectura contemporánea, en particular en la inconclusa Sagrada Familia de Barcelona, comenzada por Antonio Gaudí­ y continuada por el escultor jefe japonés Etsuro Sotoo, presente en el congreso; y también en el ámbito del cine, como ejemplificó sobradamente Juan Orellana, Director del Departamento de cine de la Conferencia Episcopal Española.

Juan Orellana y Etsuro Sotoo, mesa moderada por Manuel Oriol

 

En el acto de clausura, el Prof. Alfonso López Quintás señalaba la importancia decisiva del encuentro como una categorí­a personal que resalta la apertura del hombre, de la mujer hacia lo real.

Dos dí­as, en suma, dedicados a hacerse preguntas y a encontrar respuestas sobre Dios, ese Alguien con mayúsculas, presente en la vida humana.

El congreso se cerraba con una esperanzadora mirada hacia América, en particular hacia Guatemala, donde tendrá lugar el próximo congreso en verano 2011, sobre el tema “Personalismo y Psicologí­a”.

Palabras finales

Por Nieves Gómez

Secretaria de las VI Jornadas y miembro de la AEP