Amor, familia y responsabilidad

La institución de la familia ha estado bajo ataque ideológico al menos desde el siglo XIX. Es cierto que la familia en su realidad histórica es el lugar de numerosos problemas, incluyendo la violencia y las estructuras de poder desordenadas. La solución a estas dificultades, sin embargo, no puede ser la abolición de la familia, ya que es precisamente en el entramado de las relaciones familiares, centradas en la generatividad, donde el ser humano encuentra su identidad primaria, de dónde y hacia dónde. La solución a los problemas experimentados en y por la familia debe encontrarse más bien en el mensaje cristiano evangélico, capaz de sanar las relaciones familiares, dando a las personas una aceptación incondicional, preparando el camino al perdón y abriendo la familia a la fecundidad y a la hospitalidad del amor. Una manera importante de asumir la responsabilidad del amor que está en el corazón de la familia es la formación afectiva en la virtud de la castidad. Los esposos necesitan desarrollar esta virtud y educar a sus hijos en ella. Para los jóvenes, la castidad no es la represión de su sexualidad, sino la orientación de su deseo sexual hacia su futuro cónyuge. La abstinencia prematrimonial se ve así en el horizonte de una vocación de vida.